El gran experimento by Yascha Mounk

autor:Yascha Mounk [Mounk, Yascha]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Ciencias sociales, Sociología, Historia, Política
editor: ePubLibre
publicado: 2022-04-19T00:00:00+00:00

EXCLUSIÓN E INTEGRACIÓN

Hace unos años visité una clase de religión musulmana en un instituto de enseñanza de Dinslaken, una insulsa localidad del noroeste de Alemania que limita con la depuradora de aguas residuales más grande de Europa.[3] Lamya Kaddor, la maestra que me había invitado a asistir a la lección de aquel día, es una firme defensora de una interpretación liberal del islam. Invitada habitual en las tertulias políticas alemanas, actualmente es representante de Los Verdes en el Bundestag.

Nada más entrar en el aula me di cuenta de que había algo en su forma directa de hablar, con aquella cadencia cantarina propia del noroeste alemán, que hacía que sus alumnos confiaran ciegamente en ella. Aquellos muchachos y muchachas de sexto curso le pedían consejo para toda clase de problemas, desde cómo tratar con una abuela devota que presionaba a las chicas para que se cubrieran la cabeza, hasta qué hacer con un hombre que afirmaba en una red social que estaba matando a una mujer en directo frente a la cámara.[4]

Kaddor, una mujer de rostro redondeado y pelo negro largo, iba respondiendo sus preguntas una tras otra con imperturbable paciencia. («Solo deberíais llevar pañuelo si eso es lo que queréis hacer.» «No, no creo que la estuviera matando de verdad.») Cuando uno de ellos contó nervioso a la clase que su madre no quería que fuese diciendo por ahí que eran chiíes, Kaddor aprovechó la ocasión para recalcar que todas las confesiones religiosas merecen igual respeto:

—No importa si sois chiíes, suníes, alauíes u otra cosa. Un ser humano es un ser humano. No importa nada si es musulmán o no.

—¡Bien dicho! —exclamó Federico, un niño de ojos grandes, muy entusiasta, que no dejaba de interrumpir la clase compartiendo sus ideas en voz alta—. ¡Yo tengo un amigo alemán!

—¿Pensáis que el resto de las personas que nos rodean valen menos? —preguntó Kaddor—. ¿Pensáis que Yascha Mounk (que no sé cuál es su religión, aunque sospecho que es judío) vale menos que nosotros?

—No —murmuraron todos.

—Un ser humano es un ser humano —añadió uno de los niños.

—Eso es —dijo Kaddor—. A las personas las juzgamos por sus actos. Por cómo nos tratan.

En aquel momento, la lección me pareció muy inspiradora: todo un testimonio tanto del espíritu emprendedor de muchos inmigrantes que, como Kaddor, están transformando el rostro de la educación pública del país como de la tolerancia de una generación de jóvenes que, como Federico, ven el mundo desde una óptica más inclusiva. Pero luego no pude evitar reflexionar un poco más sobre algunos detalles cuya significación había pasado por alto al principio.

¿Hasta qué punto siente Federico que pertenece a su país natal si considera reseñable el hecho de tener «un amigo alemán»? Federico ha nacido y se ha criado en Alemania. Y, sin embargo, por lo que parece, para él «alemanes» solamente son aquellos pocos compañeros de clase suyos que son blancos y cristianos.

Además, la propia Kaddor habló ese día de ciertas limitaciones importantes a su libertad religiosa como si fueran poco menos que realidades naturales.

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